Poca gente sabe
que al mirar el escudo de Fernán Núñez el castillo que aparece evoca la antigua
fortaleza que dio origen a nuestro Palacio Ducal. Poca gente conoce que en
Córdoba existe una plaza roja, está sí lejos de la de Moscú, aunque mucha gente
pase cada día por ella, bien de paso, bien para aparcar su coche en la Plaza de
Armas. Y menos aún son los que disfrutan de su historia, de su pasado, porque
los infortunios del tiempo y ahora la crisis, están haciendo que este edificio
emblemático de la campiña cordobesa pase del sueño ilustrado de un conde a la
pesadilla de un municipio.
Fachada del Palacio Ducal con su característico color rojo.
Parece raro no
ver en Fernán Núñez, “Puerta de la Subbética” y frontera del antiguo Reino de
Granada, un castillo. Sin embargo, es el propio Palacio el antiguo castillo que
constituyera “el primer solar de la gran Casa de Córdoba”. La ausencia de tal
edificio se debe a que en 1755 se produjo el temido terremoto de Lisboa y parte
de la fortaleza medieval se vio gravemente dañada por el mismo. El Conde aprovechando las
circunstancias y, dentro del pensamiento ilustrado iniciado por su antecesor el
Conde don Francisco de los Ríos de convertir una aldea con castillo en una
ciudad con palacio, decidió remodelar el aspecto del edificio y convertirlo en
un palacio digno de una de las familias con mayor grandeza de España. A la
majestuosidad de la construcción le acompañaba la Capilla de Santa Escolástica,
el tesoro del Palacio, con su cúpula borrominesca y la iglesia de Santa Marina,
reedificada décadas atrás dentro de la grandeza del Barroco, constituyendo uno
de los conjuntos pintorescos más deslumbradores de la Campiña. Tal es así que artistas
de la época, como Goya, se dejaron encandilar por la belleza del lugar y
retrataron el paisaje para dejar constancia de las mejoras urbanísticas
llevadas a cabo por la nobleza de esta villa. Otros literatos escribieron para
esta familia obras inéditas e interesantes que constituyeron una de las
colecciones más importantes de Andalucía.
El color rojo
con que se adorna la construcción contrasta con el blanco de las viviendas
populares, llegando a crearse un tipo de color llamado “rojo Fernán Núñez”. El
motivo parece claro: el blanco es un color barato, el del pueblo llano; el rojo
por su parte es un color caro y representa a las clases altas. Ése parece ser
el verdadero motivo del color rojo condal, y no otro.
Ahora el
edificio se ve apenado. Nadie lo visita, porque nadie lo puede visitar, excepto
los insectos y roedores que, como los virus en
una enfermedad, son los que acrecientan cada día más el empeoramiento de
salud de este Conjunto Histórico Artístico declarado en 1983.
En la
actualidad, la Asociación Cultural “Los Ríos”, en colaboración con el
Ayuntamiento, está llevando a cabo una gran tarea para la recuperación del
Patrimonio del Palacio Ducal. Quizás deberíamos ser conscientes de que el
futuro de esta nación no está en la inversión en el ladrillo, sino en la
conservación del Patrimonio: el Patrimonio como motor de riqueza y empleo en el
medio rural. Sin duda, si el Palacio Ducal de Fernán Núñez y la Plaza de Armas
estuviera en Córdoba, sería un monumento a destacar entre la oferta cultural
cordobesa. Por otra parte, las administraciones públicas deberían darse cuenta
de que Fernán Núñez se encuentra a tan sólo 20 minutos de Córdoba y podría ser
un gran reclamo dentro de la oferta turística de la capital.
Francisco Manuel Espejo
Jiménez
FE DE ERRATAS: La 2ª ilustración publicada en Diario Córdoba en la que dice "Fragmento del cartel anunciador del 225 aniversario del Palacio Ducal" no se corresponde a ningún cartel, sino a un montaje personal que los redactores han debido confundir con un cartel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario